Es un regusto amargo, casi avinagrado el que disfrutó el paladar zaragocista tras la conclusión del mercado invernal. Aderezado con unas pinceladas de fresco dulzor casero merced a la vuelta de Raúl Guti. Las veletas apuntan todas en la misma dirección: se hacía preciso el fichaje de un delantero que colmara de goles la escuálida producción ofensiva blanquilla. Esa que hoy en día se sostiene gracias a los tantos de la segunda línea, con Maikel Mesa y Víctor Mollejo como estiletes.
Cordero llegó al último y frenético día del mercado con varios frentes abiertos. En el que más se puso el punto de mira fue el de la vuelta del mediocentro zaragozano y, solo quizás por eso, se pasó por alto que la entidad solo tenía una negociación abierta con un delantero: Juan Cruz. Salió cruz. Y el punta hispano argentino acabó recalando en el actual líder de la segunda división.
El director deportivo se afanó los machos y trató entonces, con relativo éxito, apuntalar la plantilla al gusto del actual entrenador. Con las dudas de Fran Gámez y de Borge por lesión, rescató del Lille para la causa a Akim Zedadka. Tan polivalente en la retaguardia como incertidumbre por su estado tras no haber disputado ni un solo minuto en liga con el club galo. Lo que resulta más rocambolesco de todo esto es que el Zaragoza contará con ¡4 porteros! para afrontar el resto de la temporada.
El fichaje de Edgar Badía no devino en la salida de Poussin o Rebollo. Actualmente, la escuadra aragonesa cuenta con más guardametas que delanteros. Alentador para un equipo con severos problemas en la elaboración de goles. En rueda de prensa, Cordero habló de la vuelta de Sinan Bakis como el fichaje estrella del mercado invernal. Si el turco alemán vuelve a sus guarismos andorranos, cualquier crítica – incluida esta- quedará soterrada por la vuelta a la normalidad. A Sergi Enrich no se le espera e Iván Azón parece encontrarse a años luz del nivel que ofreció otras temporadas.
Por cierto, en el apartado de salidas, además de la de Luna, se produjo el cambio de cromos con el Elche con Sergio Bermejo. Una salida con la que ganan todos. El Zaragoza no podía permitirse seguir formando a un jugador que no acaba de explotar. Lo hará, esperemos, en el cuadro ilicitano. Y si no lo hace, será hora de enseñarle la puerta de salida definitiva.